Las lágrimas de Fernanda Jerez sintetizaban las emociones de los yerbabuenenses. Los ojos inundados, la mirada fija y profunda, demostraban su asombro. Casi paralizada, Fernanda no emitía una sola palabra. Apenas atinó a levantar el brazo derecho para saludar. Frente a ella se deslizaba la imagen de la Virgen del Valle. “Que pase la Virgen por el frente de tu casa es algo hermoso. Y se trata, justamente, de la Virgen del Valle, de la que somos devotos. Verla aquí es lo mejor que puede pasarme en la vida”, sentenció.
Fernanda agradeció muchas cosas que le sucedieron -según reveló- durante los minutos que duró el paso de la Patrona del Norte argentino. Iba acompañada de decenas de fieles, a pie y en cualquier medio de transporte, desde caballos hasta autos. “Ella es milagrosa”, subrayó la vecina, de 39 años.
Los habitantes de la “Ciudad Jardín” saludaron y se emocionaron con la visita de la sagrada imagen, llegada el miércoles pasado desde Catamarca. La procesión comenzó en El Manantial. Ya en Yerba Buena, recorrió el Camino de Sirga, cubrió la avenida Solano Vera y finalizó en la parroquia Nuestra Señora de la Caridad, pasando antes por avenida Aconquija.
La presencia de la Madre del Valle movilizó a una multitud durante la siesta. Los vecinos salieron de sus casas o se ubicaron al costado del camino para saludar con pañuelos y banderas o para acariciar la imagen, que era trasladada en camioneta. También depositaron rosas amarillas y blancas.
Las lágrimas se multiplicaron a lo largo del camino, al igual que las historias de vida relacionadas con la Virgen. “Tenemos que aprender de su humildad, obediencia y devoción”, repetía la voz en el parlante que guiaba la procesión. La imagen fue depositada en Nuestra Señora de la Caridad (calle Perú, esquina Panamá) y luego fue trasladada hasta la parroquia de Nuestra Señora del Valle. Desde allí saldrá hoy a las 10. en una larga procesión que culminará en la Ciudad Eucarística.